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domingo, marzo 28, 2010

Vender el alma

Elia Barceló, reconocida escritoria de Ciencia Ficción en lengua castellana, publicaba hace pocas semanas en su blog un artículo que me llamó mucho la atención: Vender el alma.

En síntesis, el artículo describe cómo un grupo de estudiantes de Psicología de la Universidad de Viena realizó un experimento consistente en comprar almas a los transeúntes. El interesado recibía 20€ por su alma a cambio de firmar un documento por el que cedía los derechos a la empresa compradora.
Los más dispuestos a vender el alma eran obviamente aquellos que sostenían que ésta no existe.

Hace unos días leía una entrada en LimaEco relacionada con el proceso de selección del nuevo curso AFIS que se celebra en SENASA, impartido por INECO. Al parecer, la empresa exige que el alumno firme un documento por el que se compromete a estar disponible para trabajar durante dos años. En caso de incumplimiento, el seleccionado debe abonar 6.000€ en compensación de los costes generados por su formación.

Si bien podría parecer lógico que una empresa forme gratuitamente a un empleado, a cambio de recibir los rendimientos del trabajo derivados de las nuevas habilidades con las que se le ha capacitado, la cosa cruje cuando no está definida la relación contractual que unirá a ambas partes laboralmente en el futuro.

En efecto, no existen hoy por hoy informadores AFIS en España. Los alumnos que se están formando están destinados a cubrir puestos de nueva creación, no habiendo recibido a día de hoy información ni indicación sobre el convenio que regulará su actividad laboral, cuál será su sueldo, el tipo de contrato que se les ofrecerá, el ámbito de su indudable movilidad geográfica, etc...

¿Qué sentido tiene firmar un compromiso por el que uno lo da todo a cambio de un vacío absoluto? Es peor que vender el alma, pues no hay venta más aberrante que la que genera un riesgo bien definido (6.000€) a cambio de una hipotética oportunidad cuyo valor se ignora (a menos que uno sea aficionado a ir al casino, evidentemente).
La validez de un tal acuerdo es tan nula como firmar un contrato de esclavitud, y su única validez consiste, a mi entender, en añadir un filtro más en el proceso de selección de personal con el objetivo de acertar con candidatos para los que exista una mínima garantía de retenerles en el momento en que se definan las condiciones laborales que les afecten, sean éstas las que sean.

Esto no es serio. No es un acuerdo entre caballeros.

La cosa es más fea desde el 19 de marzo. El diario Expansión se hacía eco de que Eurocontrol no admitía la aplicación del Servicio de Información de Aeródromo (AFIS) no sólo en aeródromos regulares, sino tampoco en sus alternativos.

Me pregunto si INECO ha llamado ya uno por uno a sus alumnos para firmar un nuevo documento, en el que se especifique que si finalmente no es posible implantar el AFIS en España y el curso no sirve estrictamente para nada, los alumnos recibirán una compensación económica por el tiempo dedicado a formarse en disciplinas para las que se han generado falsas expectativas.

Que sea oportuno o no degradar el servicio de control de aeródromo sustituyéndolo por el de información (AFIS) en un número determinado de aeródromos en España es algo que deberá determinar la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), observando rigurosamente las normativas aplicables de la European Aviation Safety Agency (AESA), Eurocontrol y OACI.

Lo que no es de recibo es que se trate a las personas como ganado. No se trata ya de la ausencia de cumplimiento del derecho laboral, sino del nulo respeto hacia las personas como tales. Es ésta una práctica constatada e inaceptable, ya se trate de controladores, informadores AFIS o trabajadores de cualquier otro sector económico.

viernes, marzo 05, 2010

¿Ryanair más segura que Iberia?

Uyuyuy.

A ver si se nos va a caer del pedestal nuestra compañía de referencia. Y lo que es peor, que tengamos que llegar a la conclusión de que Ryanair tiene criterios de seguridad* más estrictos que Iberia.

¿Que por qué?

*: Faltaría saber si es por seguridad, o por el incremento de coste en el billete debido al recargo en el seguro.

miércoles, enero 13, 2010

Manipulación periodística entorno al AFIS

Ya tuvimos ocasión de comentar en este blog un artículo de Marisa Recuero, periodista de El Mundo. Destacábamos entonces el desacierto tanto en las informaciones que publicaba, como en sus planteamientos y las bases sobre las que redactaba un artículo cuyo título lo decía todo sobre su intención y estilo: "Controladores sin control".

Como mostraremos a continuación, esta periodista y por lo tanto su diario, siguen cultivando la manipulación. He aquí un extracto de su artículo aparecido ayer en prensa:

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El ministro de Fomento, José Blanco, ha anunciado que quiere suprimir los controladores de al menos 12 aeropuertos españoles que tienen menos de 50 operaciones al día. Pero eso no quiere decir que los aeródromos quedaran sin control. En su lugar, se implantará el sistema automatizado de control aéreo AFIS, que se aplica en las instalaciones aéreas con poco tráfico en países como Estados Unidos. Este sistema permite que los aviones despeguen o aterricen sin ayuda directa de un controlador, aunque la aeronave ha debido de recibir previamente las informaciones básicas sobre el estado de la pista.
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¿Cómo se puede mentir impunemente con tanto descaro?

Para empezar, AFIS es el acrónimo de Aerodrome Flight Information Service, no es ningún sistema, no es un aparatito con enchufe y botón de encendido, y mucho menos es algo automatizado. Por definición, AFIS NO es un servicio de control de tránsito aéreo, sino un servicio de información de vuelo (véase reglamento de la circulación aérea - RCA - Real Decreto 57/2002 de 18 de enero, apartado 4.7.1.5), y la diferencia entre ambos no es cuestión de matices.

La diferencia entre servicio de información y servicio de control es muy significativa. Lo explicaremos de forma tremendamente sencilla:

Cuando voy conduciendo por la ciudad, mi objetivo es llegar a destino sin colisionar con otro coche. Para ello, tengo diferentes tipos de servicio de tráfico:
  • Que un guardia de tráfico expida autorizaciones para hacerme parar o continuar mi marcha (servicio de control).
    En aviación, una colisión en esta situación sería responsabilidad del guardia (controlador).
  • Que no haya guardia. (ausencia de control),
    en cuyo caso una colisión sería responsabilidad del conductor (piloto).
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) clasifica el espacio aéreo en espacio controlado y no controlado (para saber más leer este artículo), por lo que existen aeródromos controlados y otros no controlados, igual que existen cruces de calles con guardia, y cruces sin guardia.
Hoy por hoy no existe un sistema de control de tránsito aéreo equiparable a los semáforos de las calles, que son parte de un sistema semiautomático (no olvidemos que existen las salas de control de tráfico en los ayuntamientos para gestionar los flujos de tránsito). Así,
  • En un aeródromo controlado, los aviones los separa el controlador (guardia), mientras que

  • En un aeródromo *NO* controlado, los aviones no se chocan si los pilotos consiguen verse unos a otros (muy complicado desde el aire). De hecho, esta dificultad es la que justifica la existencia de la figura del controlador.
Un ejemplo de aeródromo no controlado es el existente en Castellón (LECN - Castellón de la Plana). Cuando un avión se encuentra en las inmediaciones, transmite a ciegas en una frecuencia publicada para saber si hay más aeronaves en los alrededores. Si recibe respuesta, se coordina con los demás tráficos para turnarse en el uso de la pista. Si no hay respuesta, asume que no hay nadie más y dispone de la pista, con precaución.
Para la aviación ligera y bajo nivel de tráfico, la ausencia de control puede ser asumible.

Cuando el número de operaciones en un aeródromo crece, pero no lo suficiente para justificar la existencia de un servicio de control, OACI prevé el servicio de información de vuelo de aeródromo (Aerodrome Flight Information Service - AFIS). A este servicio le da vida una persona llamada "informador AFIS". Este informador proporciona datos de aeródromo a los tráficos que desean operar en él, y coordina la información sobre la existencia y posición de dichas aeronaves alrededor del campo. Pero NO autoriza maniobras.

Por ejemplo, cuando un avión se dispone a aterrizar:
  • En un aeródromo controlado, el controlador autoriza o no el aterrizaje de una aeronave, en función de su conocimiento del tráfico circundante: Es responsable de la separación de los aviones. El piloto, al cumplir las instrucciones expedidas por el controlador estará separado de las demás aeronaves.

  • En un aeródromo no controlado en el que exista un informador AFIS, éste sólo puede informar al piloto del tráfico circundante, pero será el piloto el que maniobrará y aterrizará a su discreción cuidando su propia separación con los demás tráficos.
De hecho, los pilotos están acostumbrados a volar a aeródromos controlados, por lo que al aproximarse a un aeródromo AFIS (no controlado) podrían asumir por costumbre que la separación con otros tráficos la provee aquel con quien hablan por radio y que se sienta en la torre (que ya no es de control).
Como existe este riesgo, consistente en que el piloto no sea consciente de que está dialogando con un servicio de información en vez de un servicio de control asumiendo erróneamente que se le está proporcionando separación con el tráfico circundante, el Reglamento de la Circulación Aérea especifica la freaseología a utilizar para sacar a la tripulación de su error (RCA 4.7.1.5.1.3):

NO SE PROPORCIONA, REPITO, NO SE PROPORCONA SERVICIO DE CONTROL DE AERÓFROMO /
AERODROME CONTROL SERVICE IS NOT PROVIDED, I SAY AGAIN, IS NOT PROVIDED".

Como se ve, lo expuesto en el artículo de El Mundo es falso:
  • Un aeródromo AFIS es un aeródromo NO controlado,
  • AFIS NO es un sistema de control automático, sino un servicio de información proporcionado por una persona.
Es deplorable constatar cómo los medios de comunicación publican información que a lo mejor no comprenden, ciertamente no contrastan, o que incluso manipulan calculadamente para dictarnos lo que debemos pensar.

Si advierto esto al leer sobre temas que conozco, ¿qué crédito debo otorgar a las informaciones que versan sobre temas que no forman parte de mi profesión?