domingo, febrero 03, 2008

Siempre quise vivir del aire


Siempre he querido vivir del aire. He soñado con volar desde que era niño, aun hoy me quedo absorto mirando al cielo ensimismado cada vez que pasa un avión, hasta que se pierde en el infinito. Algo se apodera de mí cuando escucho el arranque de una turbina, igual que me fascina observar cómo 100 toneladas de metal se elevan por el aire o besan el suelo al tomar con exquisita suavidad.

Quizás esa fascinación haya sido inducida (y también cultivada), pues desde muy pequeño me he rodeado de cosas relacionadas con la aviación. Como por ejemplo este 747 en miniatura, que me acompaña desde hace casi 30 años.

Ahora, después de tanto tiempo, parece que mi sueño está al alcance de la mano.