miércoles, enero 27, 2010

El Precio Justo

Hace años, los pilotos eran considerados unos privilegiados. Por un lado, todos ellos estaban envueltos de un innegable glamour aventurero. Si además eran pilotos de línea aérea, se les conocían generosas retribuciones, lo que no podía más que ponerlos en el punto de mira de la opinión pública: No hay mayor pecado que obtener un buen sueldo por un trabajo de responsabilidad.

Poco a poco, la cosa ha ido cambiando. Ahora la formación es privada, por lo que cualquiera que quiera emprender una carrera aeronáutica a los mandos debe empezar haciéndose con unos 60.000€ para sacarse la habilitación IFR "del Vespino": Cuando obtenga la licencia de piloto comercial (PTLA), sólo habrá volado en avioneta.

Con el título en el bolsillo, los pilotos recién formados buscan empleo. Pero mira por dónde, resulta que las líneas aéreas no operan avionetas, sino reactores: No basta con el PTLA, también se requiere la habilitación de tipo que el candidato debe por supuesto costearse de su propio bolsillo (o del más cercano que pueda hacerse cargo).

Con la habilitación de tipo podrán por fin volar a los mandos de un avión de línea. Eso sí, ¡nada de cobrar por trabajar! Se ponen unos 40.000€ más y se va uno a Marruecos o a China a volar un par de años para acumular horas. ¡Hay mucho camino de la teoría a la Praxis!

Cuantas más personas puedan pagarse el curso de piloto sin necesidad de recuperar la inversión realizada, más barata saldrá la contratación y más precarios serán los puestos de trabajo. Así hemos llegado a tener en España tantos pilotos en paro como para dotar a Air France dos veces: 4000 pilotos sin trabajo.

El resultado es claro: Las compañías que pagaban bien a sus pilotos y a sus tripulantes de cabina ceden terreno a empresas como Ryanair, que se distinguen por todo lo contrario: En 2009, Ryanair transportó más pasajeros dentro de España que Iberia.
El año 2009, el de la privatización de los beneficios y la socialización de las pérdidas, también nos dejó una patética escena: British Airways pidiendo trabajar gratis durante un mes a sus empleados.

Parece evidente que la aviación de calidad está triunfando, ¿no?

Espero que aquellos que veían a los pilotos como privilegiados se den cuenta de que la liberalización de la formación ha permitido que, ahora sí, sólo los que tienen rentas altas y pueden pagarse el curso (sin mucha necesidad de recuperar la inversión) puedan aspirar a acceder a la profesión.
Antes los que accedían a la profesión eran privilegiados (o quizás sencillamente pagados de acuerdo a su responsabilidad). Ahora sólo los privilegiados son capaces de optar a la profesión. Algo en bastante contradicción con el principio de igualdad de oportunidades.

Cuando el presidente de IATA, el Sr. Giovanni Bisignani, se dirigía a Magdalena Álvarez en estos términos en el año 2008, tenía claro el objetivo: Legar a los controladores aéreos lo mismo que ha forjado para sus pilotos: una envoltura profesional aberrante.

Hasta 2006, cualquier candidato a ejercer como controlador aéreo debía superar a un proceso de selección psicotécnica al que podía acceder con tan sólo tres años de carrera universitaria completados.
El día en que la formación de controladores aéreos se privatice habremos antepuesto a esta criba de aptitud una criba económica, pues sólo aquellos capaces de costearse el curso podrán acceder a un trabajo, ojalá también en el futuro, bien pagado.

¿Cuánto tardará El Mundo, que tanto cariño dedica al colectivo, en reescribir este artículo, cambiando "piloto" por "controlador?

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